Nuestra misión
El Hogar Del Anciano Nuestra Señora De Lourdes, es una institución con el carisma de servicio sencillo y humildad a las personas mayores, familiares, bienhechores, equipo institucional, estudiantes, estudiantes de práctica, servicio social y demás personas que tengan acceso a la institución. Queremos proclamar la buena nueva de Jesucristo con el apoyo de laicos y personas con gran sentido de pertenencia que descubren en los adultos mayores, su sabiduría y el gran papel en la sociedad atrayendo, conservando nuevas vocaciones que renueven y fortalezcan la calidad del servicio perpetuando la obra emprendida por nuestra fundadora la Madre Marcelina. Contamos con el talento humano y la espiritualidad de nuestras hermanas que viviendo con nuestro carisma buscan la optimización de los recursos para la realización de nuestra obra.
Nuestra visión
Renovada desde su carisma y espiritualidad, ejerce una misión evangelizadora, personal calificado y cualificado en la dimensión humana desde la vivencia de los valores evangélicos y congregacionales. Organizada desde la optimización de los recursos, humanos físicos y financieros de la institución, realiza apostolado con gestión de calidad asumiendo con liderazgo la misión de servicio sencillo y humilde al pobre por amor con el apoyo de laicos y personas con gran sentido de pertenencia que descubren en las personas mayores su sabiduría y el gran papel en la sociedad.
Valores
Alegría
Es la manifestación gozosa de vivir y experimentar a Dios con nuestra manera de ser y actuar, (Normas de vida 78: Romanos 12, 12).
Amor
Es el sentimiento más grande que Dios nos dio, nos impulsa a hacer el bien, los servicios a través de acciones como: acogida, ternura, delicadeza, respeto, escucha, perdón, bondad. (Juan 15, 12; 1 Corintios 13, 4-6; Constantino 33).
Servicio
Es la manera como expresamos el amor que recibimos de Dios y lo comunicamos a nuestros residentes, buscando satisfacer sus necesidades al estilo del buen samaritano. (Mt 20; 26; Lucas 10, 34).
Humildad
Despojo de poder en la línea de los pobres, teniendo conocimiento de sí, sabiendo que cada día tenemos la posibilidad de ser mejores (Mt 11, 25: Fil 2, 35).
Equidad
Virtud mediante la cual se da a los demás lo que es debido de acuerdo con sus derechos. (Sal 140, 12; Sal 146, 7-10).
Sencillez
Es la ayuda a superar el deseo desmedido por sobresalir, nos sentimos distinguidos y admirados sólo por la apariencia externa. Nuestro interior, nuestro corazón es lo que verdaderamente cuenta. Una persona gana más corazones.
Respeto
s aceptar y comprender tal y como son los demás, aceptar y comprender la forma de pensar, aunque sea igual a la nuestra. (1 Pedro 2, 17; Levíticos 19, 32).
Solidaridad
La parábola del buen samaritano nos enseña que el amor del prójimo parte de hacerse prójimo del que sufre, Dios quiere que seamos capaces de generar vida para todos.
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